jueves, 1 de julio de 2010

entenamiento planificado por fases


La periodización divide un ciclo de entrenamiento de, por ejemplo, 16 a 20 semanas en diferentes fases con objetivos específicos en cada una, de manera que no tienes que realizar todos los ejercicios cada vez que entrenas. Porque, de hecho, no deberías hacerlo.

Las fases te permiten combinar y sumar los beneficios de cada entrenamiento para una preparación óptima. Así conseguirás variar tu entrenamiento y disminuir el riesgo de estancamiento, fatiga o lesiones.

El número, tipo y duración de las fases puede variar, pero el programa típico incluye 3 fases fundamentales: base, preparación y tope (que tiene una duración de 4 a 8 semanas). Cada fase se basa y desarrolla sobre la anterior.

La fase base desarrolla la resistencia, fundamental para cualquier plan de largas distancias.
La preparación, añade la velocidad, incluyendo ritmos controlados y series largas.
La fase tope se caracteriza por entrenamientos de ritmos de competición rápidos y cortos. Estos entrenamientos, además, afinan la velocidad que comenzamos a ejercitar ya en la 2ª fase mediante un mayor desarrollo de la fibra muscular, la mejora de nuestra economía de carrera (es decir, la eficiencia del cuerpo al usar el oxígeno y la energía y el fortalecimiento de los músculos y los tejidos).

¿Cómo y cuánto tiempo?
Cada una de ellas debería durar unas 8 semanas (aunque puedes alargar las 2 primeras fases. No alargues nunca la tope, porque puedes quemarte).
Cada 4 semanas de fase, recupérate. Reduce los kilómetros que hagas normalmente entre un 10% y un 50%, y suaviza el entrenamiento de fuerza.
Una vez finalizada la fase tope, puedes volver a empezar (cuando creas que estás preparado para volver a la acción) y trabajar de nuevo todas las fases.
Y así, una y otra vez.


Métodología:

FASE 1: BASE

Esta fase hace hincapié en los rodajes suaves, pero no debemos confundirlos con el jogging. Debes construir la base incrementando el número de kilómetros en cada rodaje y trabajando ligeramente la velocidad y fuerza durante el entrenamiento.

ENTRENAMIENTOS CLAVE:

»RESISTENCIA:
Rodajes largos. Según McMillan “los rodajes largos son los que enseñan al cuerpo a correr de manera más eficaz”. El número de kilómetros que debes correr depende de tus objetivos, pero te proponemos que empieces con 8 y aumentes a 16. El ritmo tiene que ser lo suficientemente suave como para que puedas hablar mientras corres.

»VELOCIDAD:
Rectas con zancada amplia y ritmos controlados cortos. Haz unos 10 sprints (no a tope, incidiendo más en la técnica que en la rapidez) que duren entre 20'' y 30'' al finalizar un par de rodajes largos. En las últimas semanas de la fase, añade en algunos de los rodajes entre 10 y 15 minutos más rápidos (pero nunca superes tu ritmo de media maratón). “La idea es forzar un poco el cuerpo para que no resulte tan difícil pasar a la siguiente fase, en la que el entrenamiento va a ser bastante más rápido”, cuenta Kristen Dieffenbach, profesora de educación de entrenamiento atlético en la Universidad de Virginia del Este, en Morgantown.

»FUERZA:
Ejercicios específicos de la carrera a pie. Dos o tres veces por semana haz entrenamientos con pesas para ayudar a reforzar los músculos más utilizados al correr: cuádriceps, glúteos, tendones y gemelos.


FASE 2: PREPARACIÓN

Prepararse significa reforzar el cuerpo para la fase de rodajes rápidos. Debes continuar entrenando la resistencia mediante rodajes largos y añadir tiempos controlados y/o cuestas.

ENTRENAMIENTOS CLAVE:

»RESISTENCIA:
Rodajes largos. Sigue aumentando o mantén la resistencia: incrementa el número de km, por ejemplo de 10 a 25, o incluso más. Esto dependerá de la distancia de la carrera que estés preparando.

»VELOCIDAD:
Tiempos controlados o repeticiones largas. Los tiempos controlados enseñan al organismo a utilizar el ácido láctico para evitar que tu cuerpo se desplome. Además endurecen los músculos y refuerzan los tejidos. Ritmo: alto, similar al de media maratón, incluso algo más rápido. Pero no debes llegar al máximo, sino a un nivel 7/8 sobre 10. Puedes alternar los tiempos controlados con las repeticiones largas (de unos 1.200 m) si corres a ritmo de 10 km; así seguirás preparándote para entrenamientos más rápidos.

»FUERZA:
Cuestas. McMillan afirma que las cuestas son, con mucho, el mejor entrenamiento de fuerza para cualquier corredor, ya que son propias del atletismo y demandan al cuerpo lo mismo que los entrenamientos con pesas. Se deben correr a ritmo fuerte, pero recuerda de nuevo no llegar al máximo. Reduce el entrenamiento en el gimnasio: hazlo una vez a la semana y trabaja sólo la parte superior del cuerpo.


FASE 3: TOPE

El objetivo de este periodo es la velocidad. Debes incrementar gradualmente la intensidad de los entrenamientos a la vez que reduces el volumen total de horas o kilómetros un 10%.

ENTRENAMIENTOS CLAVE:

»RESISTENCIA:
Rodajes largos. El mantenimiento de la resistencia se ejercita con rodajes largos ligeramente más cortos que los de la fase 2. Por ejemplo, si tu máximo en la fase de preparación fueron 23 kilómetros, corre 18 en esta fase. Acorta más la distancia a medida que se acerque el día de la carrera.

»VELOCIDAD:
Es imprescindible realizar 2 sesiones rápidas por semana, pero otra buena opción es correr carreras de “puesta a punto”. En una de las sesiones de velocidad realiza un entrenamiento específico de repeticiones rápidas y cortas, por ejemplo 400 u 800 m a ritmo de 5.000. Para la 2ª sesión, haz un entrenamiento de tiempo controlado o repeticiones largas (1.200 m, por ejemplo).

»FUERZA:
Cada 3 semanas, reemplaza uno de los entrenamientos de velocidad por repeticiones en cuesta para mantener la fuerza y la potencia. Puedes continuar con un entrenamiento de pesas una vez a la semana, si mantienes el mismo peso y repeticiones, aunque también puedes suprimir las pesas hasta que hayas participado en la carrera.


Para saber más:
http://www.runners.es/Entrenamiento/fragmenta-tu-plan-entrenamiento-para-correr-durante-todo-a%F1o/7720

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