martes, 26 de octubre de 2010

correr, un deporte de riesgo


¿Eh? ¿Cómo? ¿Pero qué dice?
Estoy segura de que muchos habeis pensado esto al leer el titular. Me explico.

Cada vez las carreras son más populosas, y eso no es un problema en sí, salvo el riesgo de que te pisen una zapa o te den un codazo, que eso está asumido. Bueno, más o menos.

Tampoco me refiero a que te dé un patatús, porque se supone que estás más o menos entrenado y te haces controles médicos.

O al peligro de contraer un melanoma corriendo ultramaratones, porque aunque el riesgo es real si no se adoptan las medidas necesarias, todavía las estadísticas no llevan una relación demasiado elevada. (Las estadísticas a veces son frias, aunque este tema me resulte cercano, porque mi padre se murió hace un par de años, precisamente de un melanoma.)

O a que te pierdas en medio de un temporal mientras corres, a pesar del cambio climático, por aquí estamos más o menos a salvo.

Me refiero a esas extañas costumbres que tienen algunos corredores de llevar cosas extras aparte de su persona a una carrera a pie, por ejemplo un perro, un coche con bebé incorporado, una bici, un coche-bebé-bici(taga-bike), una pantera, un patinete, un skateboard...
Es curioso que sólo pase en este deporte, no me imagino a nadie yendo a una piscina con una pecera, con el patito de goma, el colchón o la rueda de camión-flotador. ¿Por qué en las carreras se admite todo?

Seguro que todos dirán que ellos van con cuidado, que el animal no molesta, que no muerde, que... pero, dejando a un lado el tema de los que nos dan miedo los perros, si alguna vez otro corredor de los alrededores se choca con un cacharro (bici, coche de bebé, etc.) o a un animal le da por atacar a alguien, y sucede un percance o una desgracia, ¿quien será el responsable? ¿la organización por permitirlo? ¿el individuo que lleva el extra? ¿ y si el perro ataca al bebé que va en la silla? ¿la culpa es del bebé, del padre, del perro, o del dueño?

Quizá sea dificil que pase algo malo, pero el riesgo existe, está ahí, y veces parece que no queremos darnos cuenta.





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