He salido a entrenar con la esperanza de que no lloviera. A ratos salía el sol, incluso ahora está brillando. Aún así iba forrada, como es costumbre en mi, con varias capas: camseta, sudadera y chubasquero.
Cuando llevaba un kilómetro más o menos, ha empezado a chispear lo suficiente para mojarme las gafas, pero no me arredré y seguí corriendo. Hasta que empecé a notar que llovía un poco más fuerte y me tuve que poner la capucha. Ahí decidí darme la vuelta y asi hice poco más o menos cuatro kilómetros.
Veo que el garmin, tiene algunos problemas para pillar los satélites mientras comienzo a correr, así que pierdo algo así como cinco minutos de entrenamientos (visibles quiero decir).
Lo importante de todo esto es que he entrenado con lluvia... ¡ya me puedo considerar corredora!
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