Mucho calor y mucha gente. Sería un resumen perfecto para esta carrera.
Siempre me quejo de los madrugones para correr, así que decidí probar fortuna en una carrera de tarde.
Es un poco lioso eso de comer pronto, relajarse algo después de comer, y empezar a dar vueltas en casa hasta llegar la hora de salir. Me fuí con tiempo de sobra, porque me estaba poniendo más que nerviosa. Aún así cuando llegué ya había montones de corredores, dando vueltas andando y algunos hasta calentando. ¡Y yo que ya estaba achicharrada nada más salir del metro! Ni calenté, ni nada, apostada en la sombra, decidí tomármelo con mucha calma, como si fuera un entrenamiento "tempranero".
Fui con un amigo, cuya compañia siempre es un lujo. Cada vez que hemos participado conjuntamente en una competición, me cuenta unas cosas tan interesantes, que los kilómetros se pasan sin sentir. Aunque sé que es un machaque para él ir a mi ritmo de caracol dormido, se lo agradezco infinita y doblemente, si eso es posible.
(Matéterabá,Matétera,Natérarabá = gracias
en tarahumara (rarámuri) ;D).
A mitad de carrera, soltó amarras para volar y recuperó varios minutos. ¡Cielos! Tengo que aprender a correr más rápido.
El recorrido de este año es muy bonito: hemos podido disfrutar del Madrid-Rio. Y he visto a mi querido Manzanares, con muy poca agua, pero discurriendo a gran velocidad.
Cosas que me han impactado de esta carrera:
Que todo el mundo chilla al pasar por un túnel cuesta abajo, dónde por cierto, se pegó un buen trompazo una patinadora, tras impactar con un corredor, (espero que no le lesionara) que muy amablemente, junto con otros cuantos la ayudaron a levantarse. Casí me da a mí con su caida y no quiero ni pensar en mi reacción si hubiera sucedido algo así. Mi amigo también se acercaba a ayudar, es una buena persona, pero ya habia brazos más que de sobra para levantarla. Luego en otro trozo del recorrido, la patinadora, iba agarrándose a la pared: casco, coderas, rodilleras, muñequeras, manoplas, mochila... Iba bien protegida. Si era de la organización (no llevaba identificación a la vista) lo siento por ella, en cualquier otro caso, sin comentarios, ya sabeís lo que opino de estos....
Mucha gente se paraba en las fuentes que habia en el parque de Madrid-Rio, y es que el calor era impresionante. Yo me bebí por el camino, las dos botellas de agua que llevaba y la que dieron a mitad de camino. (En total me habré bebido 6 botellas de agua y un minibotellín que llevo en la cintura, soy peor que un camello en un oasis :D)
En una zona, una chica estaba con un spray, rociando a quien queria, y no sabes lo que se lo agradecimos, por lo menos yo, que estaba todo el rato echándome agua en la cara, en los brazos, en las piernas, por el escote y la espalda y se evaporaba a toda velocidad.
Era bonito ver a los niños con pancartas coloreadas por ellos animando a sus papás. Y a los que ponían la mano para que se la chocáramos por el camino. Mi amigo iba chocándosela a todos, que chillaban de alegria.
Por cierto, otra oda a mi amigo, que es muy cívico y se aleja hasta las papeleras para tirar su botella gastada y después la mia también: "No la tires" me avisó.
También pude saludar al fantástico speaker, que como suele ser habitual en él, nos da muy buenos consejos y borda la música.
Y en cuanto a la organización, bien por el recorrido, bien por el vallado, bien por algunos voluntarios indicándonos por dónde teníamos que torcer, y otro sujetando la cuerda última de una valla de separación, que se ve que faltaba una y nos hizo el favor de sujetarla él mismo. Todo un detallazo. Gracias. Un poco de lio en el avituallamiento de mitad de camino, y otro poco de lio más en la meta. Bueno más que nada que iban muuuuuuuuuuy despacio. Aunque muy bien pensado eso de que nos hicieran andar desde el agua de la meta, hasta la zona de la camiseta, y el melón.
Lo malo la zona de adoquines por el suelo, ( pavés, que dirian los comentaristas de la vuelta ciclista) , que es muy machacante para los pies, y la espalda. Todos nos subíamos por la acera en cuanto podíamos, por lo demás, asfalto, acera, cemento o tierra a elegir en algunos tramos.
Una tarde perfecta, una camiseta muy chula, el olor de las lavandas en Madrid-Rio (mmmm, para llenar los pulmones) y ¡un bonito resfriado! por pasar del calor inmenso de la calle al super-aire acondicionado de los vagones del metro. ¡Que flojucha estoy hecha! (además de roja-amapola, resultado de las décimas de fiebre).
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