Después de dos semanitas de descanso, por las nevadas y las lluvias, hoy me he vuelto a calzar las zapas, poquito porque tocaban cuestas.
Y no me han defraudado nada las zapas en cuestión. Cada vez que me las pongo me sorprenden: tanto por su agarre en suelo húmedo, subiendo, bajando como por su estabilidad.
También me sorprende lo rápido que se pierde el poquito fondo que había conseguido, ¡qué faena!
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