Me gustan las cuestas. Bueno, las cuestas en sí no, sino esa maravillosa sensación de esfuerzo y expansión que sufren las piernas y los pulmones a cada paso. Lo mejor llega cuando parece que ya no puedes más y te quedan dos pasos para llegar a la cima. Y por fin llegas. Esa sensación de euforia y libertad que se siente al empezar a bajar es lo que verdaderamente engancha.
Hoy me han tocado cuestas. 8.48km de lo más variado. Cuestas muy empinadas y de corto recorrido, y cuestas con menos desnivel, pero más kilómetros. Con terrenos de lo más variado: tierra húmeda, asfalto, acera, losetas de pedregal grande. Y mis brooks, se han portado de maravilla en todos los terrenos.
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