domingo, 30 de septiembre de 2012

V carrera de Tetuán




Un buen madrugón.
Despertador a las 6.30 para llegar con tiempo. Me pilló tan en lo profundo del sueño que no sabía qué era lo que sonaba, totalmente desorientada fuí a la cocina, ¡pensaba que era el horno!. ja.ja,ja. Por las mañanas, es que no...

 Llegamos con tiempo de sobra para coger los dorsales, dejar los bártulos y ponernos a calentar suavemente...  por fortuna no llovia (un par de dias antes habia diluviado) y hacía un poco fresco. Por una vez, habia dejado el exceso de ropa en el ropero y se me estaban quedando las manos heladas, aunque una vez dentro de la carrera, me alegré de esta decisión. .

¡Echaba tanto de menos este ambiente! que todo me parecia genial, ¡hasta un tonto con coche de niño! (con eso no digo más)

 Poco a poco, nos fuimos colocando y dieron el pistoletazo de salida.

La falta de entreno específico me pasó factura. Notaba mis piernas duras, pero fuertes y con mucho fondo. No habia manera de acelerar, ni siquiera en las cuestas abajo que siempre me lanzo. Sin embargo en las cuestas arriba no iba nada mal. Eso sí sin poder cambiar de marcha.¡Qué fastidio!

 "Tu sigue a tu ritmo, que me veo muy fuerte y quiero probar" -- me dijo mi amigo antes de salir escopetado.
 "ok" -- me dió tiempo a contestar, casi sin resuello.

 Me encanta la piscina y las sensaciones que tengo en ella, pero la velocidad runner se pierde (o eso parece), así que hay que entrenar esto también. ¡Ay que rabia!

 Bueno, luego en realidad la famosa, por temida, cuesta de Sinesio Delgado, no me pareció para tanto, aunque me contaron que la pillábamos a la mitad. ¡Ah bueno, será por eso!

Y lo mejor, es la sensación de nirvana-corredor que conseguí del kilómetro 8 a 9.5. No recuerdo haberme sentido así corriendo: como si mi cuerpo entrara en trance y el movimiento fuera algo natural, sencillo y cómodo. (Recuerdo que he leido algo así alguna vez...) Era una sensación mágica, maravillosa. Supongo que iba despacio. No lo sé. Lo que si recuerdo es que desapareció en cuanto vi el arco de la salida allá a lo lejos y comencé a acelerar todo lo que mis piernas me dejaron.

 Cuando llegué a la meta habia un poco de tumulto porque se habian acabado las camisetas en la cola donde me habia puesto. Luego las llevaron y nos dieron una bebida isotónica, una botella de agua, y un plátano. Nada más. Así en la mano. No sé si es que me fuí muy rápido o qué, pero a mi no me dieron la bolsa que luego llevaban los demás con más cositas... (un fallo organizativo, sin duda)

 La recuperación fue instantánea. Eso es fondo de la piscina. O sea que no estaba tan mal para no haber entrenado running, después de todo.

 Pasamos por el polideportivo, camino del metro y me encontraba taaaaaaaaan bien, que me hubiera gustado haberme llevado el bañador para hacer unos cuantos largos. Es el subidón post carrera. Lo habia pensado, pero creí que iba a acabar machacada y deseché esta idea. Para la próxima, ya sé, con bañador incluido.    ;D       Un acuatlon personificado.





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