domingo, 24 de marzo de 2013

carrera del Retiro

Los pronósticos amenazaban llluvia. ¿Y si llueve qué hago? ¿voy, no voy? esa es la cuestión. Me preguntaba como Hamlet, durante toda la semana.

Afortunadamente, amaneció soleado y con nubes algodonosas. Tampoco parecía que hiciera mucho frio, así que... me arriesgué a llevarme poca ropa, para lo que en mí es normal.

Casi lo agradecí. Aunque a primera hora estaba un poco fresco y los nubarrones se iban juntando y ennegreciendo progresivamente, afortunadamente, no pasó de ahí. Y nos hizo un tiempo inmejorable.

Comencé tranquila, habia demasiada gente, y yo no tenía prisa, ja,ja.

Subiendo por la cuesta de Alcalá, me emocioné y se me saltaban los lagrimones. Me he dado cuenta de que si consigo correr, disfrutando sólo de mis zancadas, sin pensar en nada, voy mucho más deprisa. Así que, a partir de ese momento, intenté concentrarme únicamnte en el que iba delante.

Un gordito, le dicia a una gordita, que tenia que vaciar los pulmones completamente, antes de coger el aire por la nariz. Les pasé.
Me adelantaron tres chicos que llevaban superpuesta una camiseta de tirantes ¿rosa? ¡hummm! solo recuerdo que era cantosa. Cada uno de ellos tenia una palabra en la espalda: Angela, Largo, Bravo . Como se iban intercambiando los lugares, podeis imaginar la cantidad de combinaciones: Largo Angela Bravo, Bravo Angela Largo...
Durante un buen rato compartí resoplidos con un chico que parecía una olla exprés. Hasta que me harté, y decidí apretar todo lo que pudiera. No era mucho, pero me sirvió para dejar al chico atrás. Luego aflojé y el pobre bobo, que se habia picado, me adelantó. Afortunadamente, se largó, que era el objetivo.

La cuesta de Menendez Pelayo, se me hixo larguísima, hasta que me puse a mirar las tiendas. Así sin darme cuenta de cómo, ni por qué, ni por dónde, me encontré con la cuesta del Angel Caido. Creo que iba en trance o algo así. Tampoco recuerdo cómo la subí, pero cuando me percaté estaba casi frente a la meta. Oia la música y decidí hacer un sprint, a ver si las piernas me respondian. Pobres, las tengo machacadas de gimnasio y no están acostumbradas a a velocidad. Bueno, conseguí hacer un medio sprint y pasar por meta, sin rendirme.

Lo genial es lo rapidísimo que me recupero después.

Mientras me bebia el gatorade, me encontré a un corredor que es muy conocido porque siempre sube a podium,  y me fui a saludarle. Mucha gente se acercaba también a saludarle. También se acercó un tipo que le empezó a contar más cosas y en el que ni me fijé en un principio. Cuando vi que me estaba mirando detrás de esas horribles gafas de runner me fijé con más detalle. No le reconocí de inmediato, pero su cara de gilipollas me resultaba familiar, de pronto me acordé, y me puse en guardia: Era uno de los seguidores del perturbado-psicópata-degenerado-esquizo-paranoico. Uno de los tipos a los que he denunciado. Este en concreto tiene además una denuncia personal por amenazarme públicamente. "Eso" estaba a cinco pasos y la policia a 20...







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