sábado, 27 de febrero de 2010

Un dia de perros

Hacía un dia de perros, cuando tras sonar el despertador, me asomé por la ventana. Una lluvia de agua-nieve, aromatizada con un fuerte viento de costado, me atizó en la cara como finas agujas.


-- Uff!.No voy a la carrera. --Y me volví a arrebujar entre mis edredones.

Pero no conseguía dormirme, me hacía tanta ilusión correr este cross, empaparme con la lluvia, llenarme de barro hasta las orejas, que había una lucha entre mi yo corredor y mi yo pragmático: con gafas, y lloviendo no vas a ver ni torta, toda la ropa se empapa, y te pesará como un plomo. Sí, pero me apetece todo eso.

Me volví a levantar. Ya no llovía pero hacía un frio impresionante.

-- Puedo ir a mirar, eso sí vestida de corredora, por si acaso... (que ya nos conocemos).

Y allá que me fui.

El segundo problema: el gps del coche no pillaba la señal, porque el cielo estaba completamente cubierto de nubes.

Maldición.

Habia mirado el recorrido muy por encima. Podia llegar a la localidad, pero de ahí a que encontrara el sitio, habia pocas posibilidades y muchas de perderme.

--Bueno, pués me daré un paseo con el coche. Total, ya estoy aquí.

Y seguí el camino.

El tomtomcio de repente se puso operativo, ¡ bien!, pero me decía que ese destino estaba en mitad del campo y que no habia caminos, carreteras, ni senderos, para llegar. ¡Mal!
Iba por la autopista y lo único que podía hacer era seguir hacia adelante, hasta que encontrara la salida a la localidad a la que me dirigia y allí buscar un lugar para aparcar y redirigir al gps, o darme la vuelta en cuanto me hartara de conducir.

Fue la primera opción, pero con tan mala fortuna que aunque mi tom-tom no "se"encontraba y me hizo dar muchas vueltas, yo ví las indicaciones de ún lugar cercano a la carrera, que recordaba, y llegué, por desgracia, cuando ya había comenzado el evento.

Tristemente, desde el coche, vi como los esforzados y envidiados compañeros de deporte iban llenandose de barro y calándose hasta los huesos. Volvia a llover. El termómetro externo del coche marcaba 1.5ºC y yo no tuve agallas para salir y darles ánimos.


Ahora a buen recaudo bajo techo, les envío mis felicitaciones a los héroes del cross del domingo, en un lugar cercano a Madrid.

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